El término resiliencia se deriva del verbo en latín ‘‘resilio’’, que significa «volver atrás o volver de un salto». Algunos autores definen la resiliencia como:
El concepto de resiliencia proviene del área de la física y la ingeniería civil, entendida como la resistencia que tiene un cuerpo a una ruptura por golpe o de volver a su forma después de una deformación. Pero este término también fue adaptado al campo de la psicología y otras ciencias sociales, en relación a la adaptación de los seres humanos en condiciones adversas.
En el ámbito humano y psicológico, si revisamos las definiciones de diversos autores como Vanistendael (1994), Groetber (1995), Fergus y Zimmerman (2005), podemos resumir que la resiliencia es la capacidad que tienen los seres humanos para hacer frente a las adversidades de la vida, adaptarse y sobreponerse a ellas, e inclusive salir reforzado.
Los estudios científicos en este campo han demostrado que, aunque las personas hayan desarrollado trastornos psicológicos ante situaciones críticas, la mayoría han tenido una recuperación gradual y han vuelto a la normalidad después de un tiempo. Por lo tanto, todos los seres humanos tienen esta capacidad, pero varia a través del tiempo y las circunstancias, y su nivel de desarrollo puede ser mayor en algunas personas producto de experiencias en el pasado, influencia positiva de otras personas, hábitos, creencias, entre otros factores.